¡Feliz aniversario a ¿Cuál Crisis?! Que por supuesto es Escorpio.
El pastel de conmemoración es un pan de muerto, porque hace dos o tres años (no quiero hacer las cuentas JAJA) nació este espacio que hemos construido pese a Twitter, TikTok, los podcasts, las feik niu, el desempleo, el desamor, el empleo, el amor, la mudanza, la pandemia, mis intentos fallidos por un Fonca y más. Wuuu.
Por supuesto que inicié esta newsletter hablando sobre los costos de conmemorar Día de Muertos / Halloween, básicamente el festejo que más amo en la historia y del que empecé a hablar este año desde agosto (como Starbucks sacando antes su pumpkin spice latte).
Precisamente hoy tenemos doble edición y un Instagram Live por la ocasión tan especial y una invitada de lujo que todo que ver con esta newsletter: encima es la que te escribe todos los días tus noticias de economía, Hacienda y finanzas personales en tu diario nacional de confianza, pero también en sus ratos libres habla de películas de terror y súper héroes, Belén Saldívar. (Ay, me sentí Vero Castro presentando como en Mala Noche).
*Aplausos de late night show*
¿Cuál Crisis? es una publicación independiente y completamente gratuita, ¿por qué no festejarle con una donación “equivalente a un café” haciendo clic aquí?
La semana pasada hablé sobre el descubrimiento médico premiado de la semaglutida, cuya admiración —pese a que jamás la he usado— quizá se me salió de las manos sin el debido enorme disclaimer como aparecen en los comerciales gringos de medicinas ultrarriesgosas, PERO OJO: QUE YO NO LE DI UN PREMIO NI…
en medio de las finales de la Serie Mundial de Beisbol —que se disputa entre los NY Yankees y los LA Dodgers como VATICINAMOS que iban a llegar en esta newsletter el año pasado, cuando hablamos de su jugador estrella Shohei Ohtani— salió así sin más un comercial de Wegovy y su uso. En Estados Unidos sí que no le temen a nada y pasan comerciales a favor de Trump, en contra del aborto y de medicamentos para perder peso en la hora estelar. Eso sí con la lectura en voz alta de las contraindicaciones. Con decirles que del minuto y 30 segundos que dura el comercial hay 50 segundos de efectos secundarios.
Debí ser.
También comentaba sobre las personas que se recetan Ozempic porque sentían que “habían subido de peso” durante unas vacaciones, sin tener diabetes ni obesidad y entonces pensé en todo ese temor mal infundado a engordar. No por algo se le llama gordofobia.
La gordofobia es la discriminación que viven las personas gordas por el hecho de serlo. El término se derivó de la palabra en inglés fatphobia, según el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred).
Además el miedo a ser gordx tiene también un origen racista (no podía saberse), pues ante la creciente ola de tráfico de esclavos africanos hacia Europa y América, las *respiro de frustración* revistas de belleza para mujeres dictaban que lo que diferenciaba a los blancos de los esclavos como “raza suprema” frente a la birracialidad, era “ser delgados”, lo contrario a la idea que hicieron de los esclavos: que disfrutaban del sexo, amaban la comida y, en el caso de las mujeres, que eran voluptuosas.
Me parece muy magnánima la maroma que damos para justificar ese temor que se nos ha inculcado desde que tenemos memoria porque vivimos en una sociedad. Claro, está el argumento de la supuesta “preocupación” por la salud al ver a alguien gordx porque automáticamente se relaciona con falta de salud. No podemos seguir negando, sin embargo, la mayor parte de ese temor radica en el aspecto físico porque sabemos muy bien que, como sociedad, lucir gordo es castigado y nadie quiere tener ese trato.
(Por ejemplo al solicitar trabajos, las personas que tienen sobrepeso visiblemente son consideradas “menos aptas” para la labor, en comparación con aquellos con un peso más “estándar”).
Sin embargo (y esto fue más evidente en la década de los 90 y los 2000) la definición visual de persona “gorda” ha sido un término sumamente ambiguo si tomaban como referencia a las modelos del “heroine chic”, una moda que consistía en lucir extremadamente delgada, sin importar los medios y justificando los fines.
Esta tendencia, sobra decir —pero igual lo haré jeje— provocó trastornos alimenticios severos en muchas mujeres que distaban mucho del concepto erróneo sobre ser saludable es igual a ser delgada. También ya se había hecho algo así a mitad de siglo XIX cuando la moda era estar a un estornudo de la lápida; lucir enferma era sinónimo de belleza en la época victoriana al punto que algunas mujeres se contagiaban de tuberculosis a propósito. KHE. (Bueno, en 2020 había más gente preocupada por subir de peso y lucir gordx en la cuarentena que por bajar de piso al cementerio).
HABIENDO ACLARADO ESO. (CREO). Pasaré a mi siguiente tema que ahora sí se relaciona con el Halloween, las películas del terror y el body horror, concepto que muy amablemente Belén nos explica más adelante.
Hablando de reforzar estereotipos en los medios.
La representación afortunadamente ya es un tema muy criticado, especialmente en la sátira, como en Scary Movie, al abordar la problemática de los personajes negros en las películas de terror. Recientemente también noté esto al hablar sobre las heroínas de la clase trabajadora quienes además son “scream queens” de las películas de terror, pero que son en su mayoría mujeres blancas.
En fin, si hay un espacio en donde las comunidades vulnerables u oprimidas encuentran cabida, definitivamente es en las películas de terror. (Ahí tienen el tema sobre racismo y la otredad en pelis sobre vampiros, zombies o aliens literal, el tema del capacitismo en el terror psicológico o slashers o de justicia social y sobre el edadismo, adicciones o violencias sistémicas, como Stephen King aborda en sus historias).
Se me hace importante la representación de las personas gordas en el terror, porque es un género que se eleva como los muertos de George A. Romero, al duplicar su cuota de mercado del 4.87% en 2013 al 10% en 2023 y porque ver estas películas tiene beneficios neurológicos comparados con los de la meditación (aunque en teoría es lo mismo por el nivel de desconexión que logramos). No necesitas terapia, necesitas ver REC.
Sin embargo, encontrar la representación de personas gordas en el cine de terror no ha sido fácil, así que hice un análisis de algunas películas populares, y esto fue lo —espeluznante— que encontré:
👻 La escritura del personaje es pobre. En algunas películas donde hay un personaje gordo, lo usan como elemento para asustar con su simple aspecto. Normal, dirías tú en las películas de terror o monstruos, pero no cuando solo son *personas* existiendo. Los deshumanizan, y su gordura es lo único “grotesco” en ellos, porque así nos lo ha enseñado la sociedad. En Cuando Acecha la Maldad el único “embichado” no solo tiene heridas y pus, sino que también es una persona grande y pesada. Desde ahí surgió mi inquietus sobre personas gordas en el terror, si siempre las presentan como monstruos que dan miedo y asco.
🎃 Si es mujer y gorda, es mala o víctima. Eso ya se había visto en La Sirenita (No olvides que tan solo tu belleza es más que suficiente🎶 ), pero Stephen King nos dio a Annie Wilkes en Misery, una corpulenta enfermera asesina interpretada por la indicada Kathy Bates. Sé que este tipo de comentario al trabajo de King es el por qué Misery existe y que Annie representaba una adicción real que vivía el autor. El que fuera una mujer grande fue un elemento más que añade a la misma narrativa de La Sirenita, que es una peli infantil, aunque no sé si fue Kathy o Stephen o la peli en sí, pero el personaje tiene complejidad y eso se aprecia y admira.
Por otro lado, en El silencio de los inocentes (1991), el asesino en serie Buffalo Bill buscaba a víctimas mujeres de talla 14 (esas actrices no son talla 14, te lo dice una talla 14), para aprovechar mejor su piel, que “colgara” después de días de malnutrición. Luego pensé en Barb de Stranger Things, cuyo personaje terminó siendo muy relevante, y aunque su personaje no era expresamente gordo, pero creo que por cómo la vestían y la señalaban, querían representar eso, pero al final, la perdimos sin justicia, ni paz ni gloria.
👺Si es gordo, es porque come mucho o ama la comida. Así lo pintan en la historia de Thinner, de King, quien recurre a la facilidad de retratar a una persona ambiciosa y egoísta como gorda y glotona, amante de la comida. Esto también se ve en un personaje de Blade, que por su naturaleza vampiresca es un ser enorme que sí ama comer (corazones de niños), pero obsesionado al fin. Creo que también suma al discurso que las personas gordas son gordas por elección, que es comer de más y esto definitivamente no es así.
🧟♂️ El problema con los zombies: En Zombieland explican que, para sobrevivir, tienes que ser rápido y ágil para huir de los muertos vivientes híper veloces y muestran a una persona gorda intentando correr de uno en un campo de futbol y explican que todas las personas gordas ya murieron al ser los primeros en irse. Pese a que ser gordo no es sinónimo de no tener condición o agilidad ni hacer ejercicio y en el que al ser delgado, automáticamente eres hábil y runner. En Shaun of The Dead y en otras varias pelis del género, por ejemplo, los zombies son los lentos, torpes y medio ciegos y hay de todos tamaños y eso no los hace mejor o peor, solo entes que quieren tus sesos. ¡Al fin, representación!
Aciertos:
Pensé en Ed de Shaun of the Dead (que turbo amo) y que es presentado por Nick Frost. Aunque no es el protagonista y sí el encargado del comic relief (pese a que hace varios chistes sobre la gordura), su peso se deja fuera como relevante para la historia o el personaje. En 2023 salió la versión larga del cortometraje Cerdita dirigida por Carlota Pereda, en el que Sara, una joven que padece el verano, es acosada por su físico por parte de un grupo de adolescentes conocidas que la atosigan, mientras que encuentra amabilidad y comprensión en un hombre extraño que parece ayudarla con esa hambre (ohquela) de venganza.
Conclusión: No estoy funando jaja o cancelando ninguna de las películas mencionadas arriba, sí creo que algunas dejan mucho que desear o que se pasaron la oportunidad de hablar de esa violencia estética contra personas gordas o grandes desde el género y me pareció interesante hacer una mini recapitulación que continuará hoy por la noche.
Luego pienso: en medio de la vorágine de monstruos de ficción, criaturas que acechan, demonios invocados y posesiones infernales, en la inmensidad de la preocupación por cómo nos vemos, cuánto subimos de peso, cómo luce mi papada o cuántas calorías debo quemar, creo que a veces olvidamos que todos estamos tratando de sobrevivir con nuestro increíble cuerpo y poderosa mente, que casi siempre, al final, encuentra fuerza para salir de esta peli de terror llamada vida.
Nos vemos al rato, les dejo las mega recomendaciones top de Belén y si no les gustan o si las aman, váyanse a pelear con ella a su insta.
Belén Saldívar
La mejor temporada de todas ha llegado: la spooky season y, luego de La Sustancia (Coralie Fargeat, 2024) hay un boom por saber más del body horror, un subgénero dentro del cine de horror y terror cuyo protagonista es el cuerpo y mente, donde sus modificaciones, ya sea a través de la violencia, mutaciones, enfermedades, mutilaciones, cirugías e incluso, la propia vida y evolución. Estas modificaciones pueden ir desde lo sutil hasta algo tremendamente grotesco.
Nada en contra de David Cronenberg, considerado por muchos como el rey en este subgénero, pero es evidente que es el referente número uno en cuanto a listas sobre body horror. Y si no, corran a ver Shivers, Rabid, Videodrome, The Fly, Scanners y su más reciente Crimes of the Future (la del 2022).
Pero hay más vida fuera del body horror de Cronenberg, y aquí una pequeña lista de filmes que debieras considerar si te gustó La Sustancia:
• Junior (2011) de Julia Ducournau: Antes de Raw y Titane (que también entran en el body horror), la directora francesa Julia Ducournau realizó un cortometraje de 21 minutos enfocado en Justine, una joven adolescente que se junta con puro chico, viste de una manera que la sociedad la ve más varonil, y hasta a veces parece despreciar a las mujeres. Sin embargo, luego de problemas estomacales, empieza a tener cambios en su cuerpo. Con esto, Ducournau juega con el miedo juvenil (que todxs hemos sentido) de los cambios que vemos en nuestro cuerpo al crecer, con un body horror más sutil y que termina en un final feliz de aceptación.
• Tokyo Gore Police (2008) de Yoshihiro Nishimura. Futuro distópico, donde la protagonista tiene una sed de venganza en medio de modificaciones corporales provenientes de un virus y fetiches raros. Esta visión es un festín de sangre, con diálogos soeces, mucha carga sexual, pero también samurais, ejército de policías y una morra mitad humana mitad cocodrilo vaginal. Para los amantes del gore y efectos prácticos, esta es una película perfecta. Si no soportan tanta sangre y contenido sexual, mejor no le den play.
• American Mary (2012) de Jen y Sylvia Soska. Mary (interpretada por la siempre maravillosa Katharine Isabelle, reina en Ginger Snaps, Freddy vs Jason y más) es una estudiante de medicina que desea ser cirujana, y parece tener un futuro brillante. Sin embargo, entre las deudas y un acontecimiento con uno de sus profesores, decide dejar la escuela y cambiarse ligeramente de profesión: ahora se dedicará a las modificaciones corporales. Aquí los elementos de body horror son bastante sutiles, elegantes, y con elementos del rape revenge que la convierten en una de mis cintas favoritas.
• Hellraiser (1987) de Clive Barker. Sorprendida de que para unos sólo sea una película gore (elementos hay y de sobra) y no como body horror cuando, tanto el libro como el filme se trata de la búsqueda de nuevos placeres en donde la mente y cuerpo son mutilados. La cosa está así: Frank busca más placer, los cenobitas (claro ejemplo de las modificaciones corporales por mutilaciones) lo atrapan, logra escapar, y luego de recuperar un poco de lo que fue antes, planea regresar a la vida junto con su amante Julia. Sin embargo Kristy, hijastra de Julia, no dejará que se salgan con la suya. Aquí el gore es el camino hacia el body horror.
• Martyrs (2008) de Pascal Laugier. Cinta de la llamada ola de extremismo francés, es una de las más valoradas no sólo por lo impactante y sangriento en su aspecto visual, sino también su historia, la explicación de ese sufrimiento y lo que se aspira llegar. Lucie logra escapar de un lugar donde la torturaban de manera inimaginable. Años más tarde, y con ayuda de Anna, logra dar con los responsables y crea una venganza que, al consumirla, la lleva a encontrar los fantasmas de su pasado (aysi) convertidos en una chica llena de cicatrices. Lo tormentoso del asunto, de la culpa, la venganza y el horror nos lleva a presenciar una especie de culto que busca saber qué hay después de la muerte, por lo que a través de la violencia reiterativa y desmedida crean a los mártires perfectos. Una película donde la violencia es más que justificada.
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